LOS LASTRES DE MÉXICO

Al Estado mexicano le importa un rábano el combate a la corrupción. A 17 años de la alternancia democrática, México no tiene ni leyes, ni instituciones que permitan enfrentar los abusos de un cargo público para obtener un beneficio privado. El corrupto Peña Nieto ha afirmado que la corrupción es un problema cultural. Hay otra teoría alternativa: desde la lógica política, la corrupción no es un problema, sino una solución a los desafíos de gobernabilidad. La complicidad, la transa y la ausencia de castigo son palancas y manivelas para administrar las ambiciones de los políticos profesionales. Hoy en México, la corrupción y la impunidad son factores de estabilidad política.

¿Cómo entender que un fiscal en Texas y un juez español sí pudieron actuar ante la evidente malversación de fondos de Humberto Moreira, mientras que en México el ex gobernador de Coahuila goza de plena impunidad .Ante la ausencia de leyes, normas y voluntades tenemos que depender de la caridad internacional para ponerle un freno a la impunidad. Somos la treceava economía más grande del mundo y no podemos poner tras las rejas a uno solo de nuestros cleptócratas más obscenos.
Uno de los lugares comunes más dañinos del debate público es que México es un país con leyes bien redactadas, pero mal aplicadas. En el tema de la corrupción esta afirmación es equivocada y perversa. Quien sostenga semejante cosa no le ha dedicado mucho tiempo a leer las normas que determinan la suavidad de las sanciones y la eficiencia de los perdones en los casos de corrupción. Como muestra va un frasco de botones: en 25 entidades de la República se puede salir bajo fianza por enriquecimiento ilícito. En Jalisco la sanción por abuso de autoridad es de 2 semanas de salarios mínimos. En Nayarit, los delitos de concusión y peculado prescriben en 1 año. En 15 estados, el enriquecimiento ilícito prescribe en sólo 3 años. En 8 estados, el delito de tráfico de influencias prescribe también en 3 años.
En Hong Kong, el Ministerio Público encargado de luchar contra la corrupción tiene un presupuesto anual de 2 mil millones de pesos. En Singapur, el órgano equivalente en 2015 recibió más de 400 millones. En México, la Unidad Especializada de Investigación en Delitos Cometidos por Servidores Públicos, de la PGR, apenas recibió 26 millones de pesos en 2016. Por cada peso que destinan en México, en Hong Kong se gastan 75 en combate a la corrupción. Desde 1998, la Auditoría Superior de la Federación ha presentado 644 denuncias con indicios de malos manejos de recursos públicos. De ese número, la PGR tiene pendientes de resolver 521 casos. De acuerdo al portal de transparencia, la oficina de PGR encargada de atender este rezago sólo cuenta con 12 empleados.
Si hubiera voluntad política para enfrentar la corrupción, después del escándalo de la Casa Blanca,la de Malinalco, Peña Nieto y Luis Videgaray debieron renunciar a sus cargos . No tenemos leyes, no hay instituciones y menos voluntad para encarar la misión incumplida de nuestro tiempo. El Sistema Nacional Anticorrupción apenas está en sus cimientos. El resto del edificio es sólo una maqueta.
La corrupción es el punto ciego del gobierno de Peña Nieto y del resto del sistema político. No la ven. No reaccionan. No pueden hablar de ella sin soltar un cliché o caer en una contradicción. Cambiar las leyes escritas que permiten la corrupción y fomentan la impunidad, implicará transformar las normas no escritas que gobiernan nuestra vida política.

LA ENCRUCIJADA 2018

Una vez concluidos los comicios estatales de este año, las baterías partidarias apuntan a la elección presidencial del 2108.

El eje central de las próximas elecciones gira en torno al antipriismo diseminado a lo largo y ancho del país, y en donde las pocas perspectivas de las reformas impuestas a sangre y fuego, se desvanecen ante la inmediatez de la corrupción, el abuso de poder y el repunte de la inseguridad en el país.

El «triunfo del PRI » junto con la chiquillada lambiscona en el Estado de México, aunque limitado y costoso en términos de votos y fuerza política real, le permite a los tricolores mantener la esperanza de una candidatura que pueda remontar el terreno perdido y revertir la tendencia de rechazo a su opción política. 
Sólo un candidato del PRI que rompa con su propia historia y tradición, que se desprenda de cualquier identificación con la actual administración y construya una imagen y proyecto propio, puede pensar en la posibilidad de triunfo. Volver a apostar, como en el Estado de México, a la ampliación de la coalición priista en combinación con una oposición fragmentada como receta para ganar, parece una opción suicida que lo puede llevar a perder todo en la elección del 18.
Para panistas y perredistas, el gran salto radica en la posibilidad de construir ese frente amplio cuya base sea la estructura de ambos partidos, para de ahí incorporar grandes sectores sociales dispuestos a impulsar un modelo alternativo basado en la seriedad, moderación y fortaleza de sus propuestas y candidaturas, para presentarse ante el electorado como una fuerza capaz de vencer al PRI, pero al mismo tiempo garantizar la suspensión de las «políticas modernizadoras» en todos los ámbitos, incluyendo la educación y el propio sector energético.

Encontrar al candidato o candidata adecuado para encabezar este gigantesco desafío, y cuya figura sea aceptable para todas las partes, es el principal problema a resolver en los próximos meses.
La opción de López Obrador y Morena siguen siendo la formula más aceptada .

Hoy, aparte de la fuerza del Partido del Trabajo, López Obrador también puede convocar a una gran parte del PRD que lo sigue viendo como opción.

La lucha de estrategias apenas empieza, y el juego de alianzas se convierte en el eje central de la contienda. Quien logre convocar a la mayor cantidad de sectores con intereses diferentes, pero cobijados bajo el denominador común de un candidato y un programa mínimo de gobierno, se podrá alzar como ganador de una contienda que se antoja será sumamente cerrada y violenta.

SE IMPONDRÁ PEÑA NIETO EN 2018?

SE IMPONDRÁ PEÑA NIETO EN 2018?
Por más que quisiera, el gobierno del corrupto Peña Nieto no puede replicar en las elecciones federales de 2018 el megaoperativo que durante meses desplegó, con el único fin de no perder las elecciones en el Estado de México.
La administración logró su objetivo principal pero, como ya se ha publicado, en el camino dejó un millón de votos en comparación con los resultados de hace seis años, y si no hubiera sido por la chiquillada de partidos lambiscones que le acompañaron, habría resultado perdedor (en solitario el PRI tuvo menos votos que Morena). Si enfocándose en una sola entidad (por más grande y estratégica que resulte en votos también a nivel federal) apenas pudieron retenerla, ni soñar con multiplicar ese esfuerzo de manera efectiva.
Por tanto, el Partido Revolucionario Institucional no podría repetir el modelo utilizado en el proceso electoral de 2017. Simplemente no tendría la capacidad de una movilización de tal envergadura.
Lo anterior no necesariamente ha de ser visto como una fatalidad por el entorno del corrupto Peña Nieto, ya que éste es un convencido –así lo ha dicho a periodistas– de que cada elección es distinta, única. Como convencido está hace meses de que pongan a quien pongan en la candidatura (sin importar sus números actuales en las encuestas) estará pronto en terreno competitivo. Por cierto, en eso la elección del Edomex parece darle toda la razón: Josefina desapareció, Del Mazo subió rápidamente y a Delfina la despojaron .
Con esto en mente lo obligado es preguntarse qué tipo de elección querrá proponer el primer corrupto a los mexicanos.
En los últimos meses, y sobre todo en los últimos días, el gobierno ha dejado claras algunas señales del camino que piensa tomar de cara a la cita definitiva en las urnas, la del 1 de julio de 2018.
Señales que combinadas podrían constituir una fórmula para cambiar el ánimo social, adherir voluntades, vencer resistencias e imponerse, que no necesariamente ganar.
Esa fórmula podría resultar, sin embargo, amarga para muchos. Sobre todo para los que creían que tras la primera alternancia era improbable una regresión.
De los elementos de la fórmula podrían enumerarse, entre otros:
–Infundir el miedo y atizar el odio en las clases medias y altas.
–Demandar a los poderes fácticos una lealtad ciega y muda a favor de las reformas.
–Realizar detenciones quirúrgicas de políticos que promuevan un discurso de combate a la corrupción.
–Someter a opositores y críticos, ya sea por la vía de la cooptación, ya sea por la vía de la intimidación.
–Utilizar las redes sociales, sin regulación publicitaria ni vigilancia efectiva del INE, Conapred u organismo alguno, para exacerbar el humor social a favor y en contra de la agenda que más les convenga.
–Recetar todo tipo de auditorías a organismos que no comulguen con la voluntad presidencial.
El discurso de Enrique Ochoa, quien desde el mismo domingo proclamó que México no sería “otra Venezuela”, pone en el mortero el primer elemento, dual, de esa fórmula: las clases medias y altas odiarán y temerán la posibilidad de que ‘de nuevo’ AMLO les arruine su statu quo.
Esa arenga enriquista, no por irresponsable en términos de política exterior, inexplicable en su perversidad partidista, es el pistoletazo de salida de una estrategia que nos llevará –desde Los Pinos, no desde Morena–, a la confrontación, a revivir el encono.
Como no pueden repetir lo del domingo, intentarán reinstalar el temor. Temor hacia ellos, aunque lo disfrazarán de lucha patriótica para enfrentar al populismo. 
Regresión total!!!.

EL PRI DE SIEMPRE

El PRI sigue siendo ese PRI viejo y anquilosado, falto de ideas nuevas y propuestas de las que está urgido nuestro país. Hablan de un nuevo PRI, pero atrás de ellos aparecen los mismos dinosaurios de largo colmillo, para quienes todo es válido con tal de conquistar el poder ¿Y el poder para qué? ¿Para beneficiar a las mayorías? Los resultados lo dicen todo: la pobreza, vergüenza de todos los mexicanos, no ha disminuido a pesar de los inmensos recursos destinados a su combate. Políticas populistas destinadas a capturar el voto, es lo que ha prevalecido. Pero una política de fondo en la que el pobre obtenga los incentivos y los legítimos recursos para salir por sí mismo de la pobreza, brilla por su ausencia. Otros países latinoamericanos han avanzado notablemente en la reducción de la pobreza, mientras México continúa contemplando sus más de 50 millones de pobres con absoluta indiferencia.Mexiquenses,Cuahuilenses,Nayaritas y veracruzanos,tienen la oportunidad de empezar a cambiar esta triste Historia el próximo 4 de Junio.

SOLUCIONES A LA CORRUPCION .

SOLUCIONES A LA CORRUPCION .
El «inteligente» Peña Nieto dice que la corrupción es parte de nuestra cultura, de la cultura de nosotros, los mexicanos. No podemos aceptarlo, en ese momento estaríamos derrotados y poco podríamos hacer para erradicarla. Pero debemos aceptar, por otra parte, que esta maldita corrupción está integrada en todos los sectores de nuestra sociedad, sean éstos públicos o privados y causa un enorme daño a toda nuestra actividad.
Y la impunidad es la causa de la corrupción.. Mientras se castigue sólo el 2% ó el 3% de los delitos y se deje impune el resto, la corrupción seguirá. aflorando. Es un buen negocio, pues el riesgo de hacerlo es mínimo frente a las ventajas que ofrece. ¿Se quiere encontrar una solución?.,desígnese a las mejores personas entre los ciudadanos , por parte de los ciudadanos, para encabezar a las personas que deben designar a los jueces o magistrados que analizarán los problemas de corrupción y dictarán las sanciones correspondientes. Personas probas, inteligentes, capaces, con liderazgo social y autonomía , Que en la selección de los ciudadanos, por parte de ciudadanos, que ocuparán los cargos claves en su carácter de jueces, se exija la probidad, la inteligencia, la capacidad de liderazgo social y la autonomía, . Que se logre el empoderamiento ciudadano.. Lo peor es la pérdida de confianza de los ciudadanos en la honradez de los funcionarios Transparencia, rendición de cuentas, prevención por una parte de la corrupción, y castigo ejemplar a los delincuentes. Calidad moral y congruencia son requisitos indispensables de los candidatos a jueces. Hacer un negocio ético es un buen negocio. La voluntad política juega un papel trascendente., sin el cual poco se puede lograr. 
Los expertos señalan que en los últimos años hemos caído 28 posiciones para ocupar ahora el lugar 123 en materia de corrupción en el concierto de las naciones ¡Qué vergüenza! Y esto, como decíamos anteriormente, no es privativo del sector público solamente, sino que está incrustada en el corazón mismo de nuestra sociedad.
Su costo es elevadísimo ¿10% del Producto Interno Bruto –PIB- del país? ¿5% del gasto de las empresas? Si escuchamos nuevamente la voz de los expertos en la materia ¿Cómo alcanzar la competitividad indispensable para competir a nivel internacional, si en las entrañas de un buen número de empresas está la corrupción? ¿Cómo atender eficientemente las necesidades de la sociedad si los trámites burocráticos están permeados también por la corrupción?
La lista de los problemas que ocasiona este fenómeno es larga, muy larga, y bien conocida por los miembros de la sociedad. Debemos enfocarnos, entonces, en la aportación de soluciones y no sólo en el diagnóstico del problema.
Los ciudadanos somos el elemento clave para atacar la corrupción. Nosotros somos los dueños de este país, de nuestro querido México, y debemos estas conscientes de que somos los arquitectos de nuestro propio destino. Si aceptamos la corrupción por considerarla inevitable para llevar adelante nuestras actividades, o si medramos con ella para nuestro beneficio, difícilmente la desterraremos; pero si aceptamos que es un cáncer que corrompe las entrañas de nuestra sociedad y que no podemos ser parte del problema sino comprometernos a ser parte de la solución, la cosa puede cambiar y con esto el destino de nuestro país y de nosotros, los ciudadanos ¿Qué esto es difícil? Sí, muy difícil ¿Qué puede tomar mucho tiempo? Sí, tomará mucho tiempo y por eso ahora es el momento de empezar.
¿Cómo? No sólo rechazando la corrupción, sino denunciándola. No sólo denunciando la corrupción, sino dándole seguimiento a las consecuencias de la denuncia. Esto es posible ahora y debemos aprovechar el avance de los medios electrónicos en esta materia, por una parte y el hecho de que el propio gobierno ha puesto a nuestro alcance medios que facilitan la denuncia y su seguimiento ¿Qué es riesgoso? Sí, pero alguien debe estar dispuesto a correr los riesgos y aceptar también los trastornos que esto causa. Sólo así podremos vencer este gravísimo problema que confrontamos los ciudadanos.

Veremos si este domingo los mexiquenses nos dan una lección,no votando por el PRI.,el más corrupto de México .